La vida, nuestra vida, es un conjunto de momentos. Ni todos son buenos, ni todos son malos; ni todos alegres, ni todos tristes. La felicidad no es un sentimiento sin fin, como tampoco lo es la tristeza. El dolor profundo de un adios, mañana puede dar lugar al sentimiento mas afable que produce un nuevo encuentro.
Este movimiento continuo de lo que sentimos, se apoya en aquello que deseamos. Cuando lo alcanzamos, si podemos, ya estamos deseando otra cosa, y, si no podemos, lo reemplazamos (este es el camino mas sano para no sentirnos frustrados). Si solos no encontramos el camino, lo hacemos con ayuda terapeutica, porque deseamos nuestro bienestar…
Freud nos dice, que no existe un objeto que satisfaga plenamente nuestro deseo en la realidad, la satisfaccion es parcial, de ahi nuestra busqueda permanente…Porque aun sabiendo que somos incompletos, buscamos la felicidad, aunque esta, sea solo un momento. Porque ese momento, formara parte de nuestra historia vivida, conjuntamente con todos los otros, hayan sido buenos o no.
El deseo, es nuestra fuerza, nuestra energia, aquello que no nos permite detenernos, que nos posibilita volver a intentar, re comenzar, re inventarnos, virar la mirada y cambiar tantas veces como sea necesario hasta sentirnos plenos (o casi…), vivos, existentes…
La pregunta seria, que alimenta al deseo?, mi respuesta es, el amor. El amor a uno mismo, el amor al projimo, el amor a la vida…